LOS APELLIDOS DE LOS MARRANOS
Para una investigación histórica de los judíos de las colonias españolas y en especial en Chile, el apellido de un individuo es a veces un medio importante para investigar su origen. Todo judío español o portugués al convertirse al cristianismo tenía que tomar un apellido nuevo, sustituyendo su nombre propio
Hebreo por un nombre del santoral católico y cambiando su apellido por otro español. Algunos recibian nombres beatíficos como Santa Maria, Santa Fe, Santángel, Santa Clara, etc. Otros hubieron de confor-marse y aceptar apellidos no muy aceptables, como Cabra, Ceja, Ortigas, de la Calle, Espina, Cabrero, Cota, Vaca, Cordero, Arroyo. Del mismo modo les servían de apellido los nombres de ciudades, como Madrid, Toledo, Salamanca, etc.
Sabemos que muchas ilustres familias en España se habían mezclado durante la Edad Media con gente de raza judía, a causa de su rango, su fortuna y la frecuente belleza de sus mujeres. Antes del siglo XV nadie se escandalizó por ello, más en la época del fin del siglo XV ya se escribían poesías difamatorias, como las “Coplas del provencial” y otras, aludiendo a la procedencia judía de ciertas personas. En otros bien conocidos textos del siglo XVI se mencionan familias con antecedentes judaicos. Uno es el “Libro Verde
De Aragón”, utilizado por J. Amador de los Ríos en el volumen III de su “Historia de los Judíos en Espa-ña” y otro “El tizón de la nobleza de España” del cardenal Francisco Mendoza y Bobadilla, arzobispo de Burgos, en donde demuestra que no sólo sus parientes, los condes de Chinchón tenían antepasados he-
Breos, sino casi toda la aristocracia de aquella época Otras fuentes de apellidos judíos son “El Libro Negro de la Navarrería”, ”La Ovandina” de Pedro Mexia de Ovando. Igualmente importantes son las diversas Historias de la Inquisición en América, de José Toribio Medina, que incluyen las Historias del Santo Oficio en Chile, Lima, México, Cartagena y en las Islas Filipinas. También Luis Thayer Ojeda publicó en su interesante trabajo sobre “El origen de los apellidos en Chile”, una mención sobre la nómina de 447 apellidos que, según su opinión, corresponde a familias chilenas de procedencia hebrea.
El señor Thayer hizo este cómputo en 1916 y lo hizo publicar en Washington en 1917.La lista de apelli-dos no se atrevió a publicarla nunca.
Hemos escogido en esta oportunidad dos listas de apellidos judíos que pueden sentar los precedentes
Para un trabajo más completo sobre la materia.
El primero es una lista de los apellidos más corrientemente usados por los judíos españoles o sefardíes,
De los cuales muchos pueden aún encontrarse en Chile.
En segundo lugar, haremos mención de los apellidos que aparecen en “El Libro Verde de Aragón”, an-teriormente citado. Esta nómina de los quemados y penitenciados por la Inquisición en el Reino de Aragón, confirmaría la suposición del origen marrano de estos apellidos.